23.11.07

público

Al principio fue porque ella se había cansado de involucrarse tanto. Sus relaciones siempre terminaban absorbiéndola, no necesariamente en proporción directa con lo que sentía por su pareja, sino que por el compromiso. Estar con alguien implicaba para ella cierta preocupación constante por el bienestar ajeno y a la larga se tornaba todo más extenuante que placentero, sea con quién fuese.
Un amigo le sugirió una día que mejor se relajara. Le prestó todas las películas que había coleccionado para que comenzara su nueva terapia de "estaré sola por un tiempo" y diera inicio al tratamiento. Fue así como llegó a ver, claro está que por asociación al momento, "Una relación particular". Y de ahí sacó la idea: Sexo Casual. Ese era el camino.
Encontrar un amante no le costó mucho en todo caso. Analizando a algunos de sus compañeros de trabajo, amigos de la vida, conocidos y demases, se acordó del tipo del 7mo piso. Un personaje intrigante, con el cuál no había hecho más que intercambiar un "hola" cada vez que se topaban en el ascensor de la oficina donde trabajaba. Un completo desconocido que tenía justo lo que se pedía: un cuerazo, poco diálogo y, al menos en el prejuicio mismo del asunto, disponibilidad para la idea.
Analizó entonces sus movimientos durante dos semanas. A qué hora llegaba, cuándo se iba, con quién se juntaba, etc. Como la mejor espía logró calcular el momento preciso para acercarse y hacer la propuesta.
Aún cuando ella salía del trabajo a las seis, se quedó ese día jueves hasta las 9, sólo para poder toparse en el ascensor con él y poder hablarle. En realidad fue muy fácil. Una falda corta para facilitar el acceso, tacos altos para estilizar las piernas y en general un aspecto desaliñado, que reflejara horas de trabajo y necesidad de relajación. Le conversó un rato en el ascensor, le propuso un happy hour y luego se lo llevó a un motel.
Todo funcionaba perfecto, el plan no tenía falencias. Pasaron así tres meses, en los que cada jueves realizaban una fantasía nueva. Desde hacer un striptease de 7 minutos con la canción "So tonight I might see" de Mazzy Star, hasta disfrazarse de colegiales. Todo era posible, tenían la relación perfecta, ajustándose al género, obviamente.
Por lo mismo, la complicación no se vio venir claramente. Para ella las cosas seguían su rumbo perfectamente, sexo divertido, complicidad al compartir un secreto y satisfacción al máximo. Además, el no compartía mucho las cosas que sentía con respecto a la relación; de hecho, nunca hablaron si estaban en algo o si podían o no estar con otras personas. Eran y con eso bastaba.
El primer síntoma fue bastante claro, pero ella no lo alcanzó a ver. Se encontraron un día martes en el ascensor, a la hora de almuerzo. De a poco fueron quedando solos y él en vez de bajarse en el séptimo piso, la acompañó hasta el décimo, donde estaba su oficina. A penas se bajó la última persona en el noveno, y sin decir palabra alguna, comenzó a besarle el cuello. Pensando que era parte de un juego, ella se dejó. Llegó a destino y nuevamente en silencio, se despidieron con la mirada.
Comenzaron de a poco a hacerse visitas sorpresa, a encontrarse en las escaleras de emergencia, a simular quedar encerrados en el ascensor, trabajar horas extras, a veces ella, otras él. Y pasaron de ser los jueves, a ser también los viernes y los sábados.
Pero ella seguía sin darse cuenta.
Hasta que un día cambió todo, para siempre. En una especie de fiesta que realizó su empresa a modo de despedida de uno de los empleados, se apareció él de improviso. Ella con un trago en la mano, no le dio mayor importancia. Supuso que a lo mejor había sido invitado por algún colega, que venía a buscar algo olvidado o que incluso podía haberse ilusionado con algo rápido en el baño y que no sabía de la fiesta.
Por lo que fue una sopresa absoluta cuando él, cruzando el lugar con paso decisivo, se acercó a ella, la tomó de la cintura y le dio un beso.
Y todos vieron como se besaban, y guardaron silencio.

3 comentarios :

  1. dani dijo...

    como no sé qué decirte, porque encuentro que el texto es medio sobrecogedor. a quién no le ha pasado? a algo que no le das mayor importancia y el otro sí.. aunque debo admitir que la mayoría de las veces me ha tocado estar en el lugar de él, donde buscas excusas para ver a la otra persona pero porque quieres algo más que un roce secreto.. algo público, un beso apasionado frente a todos

    buen texto isi. fijo que después te pregunto si lo que creo que es, es.

  2. SugarCube dijo...

    fue como volver a las pistas el sábado.. quizás es lo que sienten los exiliados cuando vuvelven a su patria (que no tiene por qué ser natal). y eso, fue bonito.
    y si el sábado sábado que viene sale todo bien -a que el GRAN invitado asista- sería más genial porque nunca es malo verlo y porque así no me siento TAN lesbiana -chan!-.
    huevona que te adoro,
    inodoro favorito
    nos vemos.
    un beso.

  3. Eme dijo...

    Cuando las historias de amor se hacen públicas, pesan más. Tanto más que... ¿¿Qué necesidad hay de estropearlo??