4.6.07

¿me salvas?

Me vio venir 5 mese después, con nuestro hijo detrás de mi ombligo. La impresión en su cara, la búsqueda de una explicación inexistente en mis pupilas, y luego el derrumbamiento de sus papiros escondidos detrás de su espalda, que tan gloriosa se me exhibió mientras se alejaba de mi, conformaron los resultados de mi abandono incrédulo el día en que todo sucedió.

Así que intenté repetir su nombre para que no se enojara tanto, pero no me quería escuchar. Me senté a esperarlo, a que pudiera enteder una que otra explicación incoherente sobre el por qué de todo lo que sucedía en mi útero.


Pasaron los días pero el no quería saber nada de mí. Me envolvía diariamente en una esperanza infantil donde daba lo mismo, que saldría bien a la larga o que el parto no es tan doloroso si me escapo y lo tengo sola.


Una noche llegué a sus sueños, no sé por qué. No es que haya invocado a los guías espirituales de lo ultra terreno, sino que yo solo dormía y en mi sueño nos encotrábamos. Yo sabía que él soñaba conmigo, cada vez que yo soñaba con él, pero nunca pensé que estábamos en el mismo lugar. Desapareció físicamente durante un mes, pero nos encontrábamos en sueños para discutir sobre nuestro futuro. Muchos días tuvieron que transcurrir en conversaciones diplomáticas para que él pudiera aceptar el engaño, la dolorosa omisión de lo que nos sucedía, sólo por que en un principio quería afrontarlo sola. Luego un día, cuando caminábamos descalzos por la tierra aledaña al campo donde se sembraban las sandías, decidió que me acompañaría, solo si nombrábamos a nuestro niño J. Bueno, dije. Pero nos vamos de aca, que si voy a tener un hijo, que no tenga que vivir estos lugares.


Y nos fuimos. Y nuestro hijo habla francés. Y su tía Poli es su preferida.

3 comentarios :

  1. SÆBA dijo...

    Esperar lo inesperado. No es muy común tener una sandía en tus entrañas, pero te lo esperabas. Lo querías.

  2. Anónimo dijo...

    Una apologia de vida...completamente, crece y crece, y es lo que es...
    saludos. buena semana.

  3. Andrés Cea dijo...

    ¿Voy a ser tío?