incendiarios y masoquistas
Estábamos por ahí, rodeados de campo y de viento, en esos hermosos lugares fuera de Santiago. La noche anterior, y siguiendo todos mis impulsos, le había robado un beso en la oscuridad. Lo típico fue que me respondió la acción y después, mucho rato después, cuando pensó que ya me había dormido, se puso a sollozar en silencio.
Al día siguiente, cuando logramos estar solos, fuimos al vació que había dejado una piscina años atrás, para instalarnos, él en el columpio occidado y reluciente, justo en el medio del jardín, y yo en el suelo, en el límite donde su balanceo alcanzaba el vuelo.
No teníamos mucho de que hablar. Había sido un error, como siempre. Habían sido mis impulsos, los llantos en mi hombro supuestamente dormido, aquella otra persona a la que estábamos hiriendo deliberadamente, la sabrosa culpa con olor a nosotros que ninguno de los dos quería admitir. Él empezó a mecerse lentamente, intentando rozar sus pies con mis rodillas.
Meses después me hechó la culpa a mí. Me dijo que me amaba, como nunca antes había amado a alguien, pero la mejor manera de tenerme, era lejos. Que el vacío, la soledad que mi compañía le producía, le eran insoportables, que la única manera de vivir, era sin mí. Y que nunca dudara de que me amaba...
Ese día de agosto, sentados en el sur, le regalé uno de mis tesoros. Le dije, Hey! pensé que los dos necesitaríamos un amigo a quien recurrir. Pero nada ha sido lo mismo y no es porque seas azul, sino que porque a veces te respiro, para saber que tú sabes. Porque a veces nadas en mí y luego encuentro tu escritura en mis paredes.
Esa noche el decidió besarme por cuenta propia.
Decidió, al final de todo, que yo era su manera de desilucionarse de la vida; que a través de mi, lo habían obligado a crecer.
(el tipo se olvidó quién yo era, asi que la canción es "nuevamente" mía.)
8 comentarios :
isi me encantan las tardes contigo.
Te visito y te saludo, con permiso me llevo tu post para leerlo más tarde (las obligaciones y las prisas me van pisando los buenos momentos)
Saludos.
igual las acciones serán siempre más recordadas y entrometidas si se puede culpar a alguien.. si no, no nos da para cranearlas mucho (cosas de mujeres creo).
me saqué la chucha y tengo derecho, por ley, a sentarme en asientos para discapacitados.
saludos,
besos.
me gusta como narras, isi... hay un no sé qué en tus historias, como esa complejidad tipo nudo en la garganta, que me agrada bastante
oye, lo del debut de la aceituna era x mi auto, al final tengo un c3 negro: una aceituna.
besos mujer, y agrégame a msn (miss.rightside@gmail.com).
bye
Isi (creo que así te dicen):
Bueno, hace 1 hora y 13 minutos más o menos iba a postearte, pero tuve que hacer el bolso del equipaje para volver a Santiago.
Es una linda narración, no sé si real o ficcional, pero emociona de igual forma. Comparto el post de Jaci XD
Saludos de un estudiante de Periodismo de la U. de Chile ;)
hola gorda
sí, soy la dani, jajajaja. estoy reapareciendo de a poco, pero parece que la próxima semana ya habré cobrado vida (o algo por el estilo).
me encantó el texto y me dieron muchísimas ganas de hablar contigo; ya llegará el momento, epero que no estés molesta jeje, un beso lindaaaaa
.
Y TÚ QUÉ OPINAS
de esto ???
...
Así que regalando "tesoros" en la ex-piscina de rere??? que envidia, siempre quise "regalar tesoros" ahí xD
Lindo, Isi.Muy lindo, me encanta como retomas tus historias... sigue siendo mi favorita la de cuando descubriste las pupilas si. xD
beso
Publicar un comentario