17.12.07

Sueño Profético

Me desperté porque escuché un ruido. Eran las dos de la mañana según el reloj de mi celular, la puerta de mi pieza estaba abierta, la casa vacía. No sabía si el sonido había sido de un sueño o de la cocina, así que me quedé quieta en la cama, casi sin respirar para poder escuchar mejor.
Luego de lo que me pareció el sonido de unos pasos, sentí que me miraban desde el marco de la puerta, por lo que me senté en la cama para ver quién era. Con el costado apoyado en la pared, un ángel me miraba fijo mientras mascaba un tomate que al parecer había sacado de mi cocina. El jugo le chorreaba por el brazo pero parecía no molestarle. Mientras masticaba me miraba; yo sorprendida, me mantenía en silencio. Cuando terminó de comer, se incorporó y me dijo: “Al final, todos vamos al paraíso”.

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