27.11.07

tan lindos, tan lindos.

Me tomó la mano muy inesperadamente. Caminó empujándome y nos encerró dentro de la sala de edición del segundo subterráneo. Prendió la luz, me miró fijo, me agarró de los brazos apretandolos fuertemente con sus manos y con cara de súplica me dijo:
"Fuguémonos, vámonos juntos. Yo te llevo a donde quieras. Vámonos de aqui, ahora."

Yo con mi vida planeada, mi familia, mis amigos, mi carrera, mis comodidades, con todas las proyecciones armadas y las cosas funcionando, no pude decirle que no.

¿Cómo no seguir hasta el fin del mundo a esos ojos verdes? ¿Qué hago si después no los veo nunca más?
Ah no, si el mundo es mundo, y tus ojos siguen siendo verdes, yo te sigo negro, hasta que se me atragante el alquitran en los pulmones.

23.11.07

público

Al principio fue porque ella se había cansado de involucrarse tanto. Sus relaciones siempre terminaban absorbiéndola, no necesariamente en proporción directa con lo que sentía por su pareja, sino que por el compromiso. Estar con alguien implicaba para ella cierta preocupación constante por el bienestar ajeno y a la larga se tornaba todo más extenuante que placentero, sea con quién fuese.
Un amigo le sugirió una día que mejor se relajara. Le prestó todas las películas que había coleccionado para que comenzara su nueva terapia de "estaré sola por un tiempo" y diera inicio al tratamiento. Fue así como llegó a ver, claro está que por asociación al momento, "Una relación particular". Y de ahí sacó la idea: Sexo Casual. Ese era el camino.
Encontrar un amante no le costó mucho en todo caso. Analizando a algunos de sus compañeros de trabajo, amigos de la vida, conocidos y demases, se acordó del tipo del 7mo piso. Un personaje intrigante, con el cuál no había hecho más que intercambiar un "hola" cada vez que se topaban en el ascensor de la oficina donde trabajaba. Un completo desconocido que tenía justo lo que se pedía: un cuerazo, poco diálogo y, al menos en el prejuicio mismo del asunto, disponibilidad para la idea.
Analizó entonces sus movimientos durante dos semanas. A qué hora llegaba, cuándo se iba, con quién se juntaba, etc. Como la mejor espía logró calcular el momento preciso para acercarse y hacer la propuesta.
Aún cuando ella salía del trabajo a las seis, se quedó ese día jueves hasta las 9, sólo para poder toparse en el ascensor con él y poder hablarle. En realidad fue muy fácil. Una falda corta para facilitar el acceso, tacos altos para estilizar las piernas y en general un aspecto desaliñado, que reflejara horas de trabajo y necesidad de relajación. Le conversó un rato en el ascensor, le propuso un happy hour y luego se lo llevó a un motel.
Todo funcionaba perfecto, el plan no tenía falencias. Pasaron así tres meses, en los que cada jueves realizaban una fantasía nueva. Desde hacer un striptease de 7 minutos con la canción "So tonight I might see" de Mazzy Star, hasta disfrazarse de colegiales. Todo era posible, tenían la relación perfecta, ajustándose al género, obviamente.
Por lo mismo, la complicación no se vio venir claramente. Para ella las cosas seguían su rumbo perfectamente, sexo divertido, complicidad al compartir un secreto y satisfacción al máximo. Además, el no compartía mucho las cosas que sentía con respecto a la relación; de hecho, nunca hablaron si estaban en algo o si podían o no estar con otras personas. Eran y con eso bastaba.
El primer síntoma fue bastante claro, pero ella no lo alcanzó a ver. Se encontraron un día martes en el ascensor, a la hora de almuerzo. De a poco fueron quedando solos y él en vez de bajarse en el séptimo piso, la acompañó hasta el décimo, donde estaba su oficina. A penas se bajó la última persona en el noveno, y sin decir palabra alguna, comenzó a besarle el cuello. Pensando que era parte de un juego, ella se dejó. Llegó a destino y nuevamente en silencio, se despidieron con la mirada.
Comenzaron de a poco a hacerse visitas sorpresa, a encontrarse en las escaleras de emergencia, a simular quedar encerrados en el ascensor, trabajar horas extras, a veces ella, otras él. Y pasaron de ser los jueves, a ser también los viernes y los sábados.
Pero ella seguía sin darse cuenta.
Hasta que un día cambió todo, para siempre. En una especie de fiesta que realizó su empresa a modo de despedida de uno de los empleados, se apareció él de improviso. Ella con un trago en la mano, no le dio mayor importancia. Supuso que a lo mejor había sido invitado por algún colega, que venía a buscar algo olvidado o que incluso podía haberse ilusionado con algo rápido en el baño y que no sabía de la fiesta.
Por lo que fue una sopresa absoluta cuando él, cruzando el lugar con paso decisivo, se acercó a ella, la tomó de la cintura y le dio un beso.
Y todos vieron como se besaban, y guardaron silencio.

17.11.07

epifanía post trauma

Entonces estaba yo frente al espejo, lavándome los dientes. Pensaba en que me había quedado sin palabras. Que tantas de sus expresiones juntas, por tantos minutos consecutivos, con alcohol, sin alcohol, música o lo que sea, me habían robado las expresiones de la boca. Tori entonces tocó la puerta del baño y me dijo: pero hey, por qué no mejor tomas esto y se lo entregas.

¿Qué? ¿Tú estás loca?

Se sentó entonces en una esquina de mi cama y esperó a que me acostara y analizara bien la posibilidad de realmente dedicarle esta canción.

Si quieres no se la dediques, sólo pon el video en tu blog.

Asi que me puse a disvariar por youtube buscando una bonita interpretación de las famosas palabras. Fue entonces cuando llegué a un video grabado con un celular del concierto en Atlanta (al cuál yo debería haber asistido, después de una copa de vino con Sue)donde interpreta la canción con su pelo verdadero...¡Esta canción quiere algo de mi!
Pero finalmente le dije que mejor que no, tori, sabes, em, "You're just a pussy, my sweet boy". Entonces me dijo a continuación, justo después de cooling (con todo el ánimo de convencerme, creo yo): "got a bowling ball in my stomach, got a desert in my mouth, figure that my courage would choose to sell out now".
Asi que bueno tori, al cabo que ni quería pero ahí la tienes, y buenas noches.

15.11.07

Querida Hermana

Si, este no es un texto para decifrar ni mucho menos. La intención de subir este video, es nada más que se rían tanto como lo hago yo cada vez que lo veo. Desed que lo descubrí lo he visto tres veces y me da demasiada risa.
Es un Digital Short de SNL, cuando tuvieron de invitado a Shia Lebeouf, que sale demasiado mino.
Eso, enjoy.
(ya me río de pensar en que lo voy a ver de nuevo)
(obviamente te acabo de hacer la media expectativa y no te reíras. Lo siento, a veces tengo esa maña).

14.11.07

Recibe una llamada telefónica.
No.
Se sienta a escribir.
Menos.
Entonces mejor simplemente se saca los zapatos.
Ya, por ahí vamos.
Luego los calcetines. Que alivio, no?
Que lata escribir esto.
Pero lo necesitas.
Si, lo necesito.
¿Por qué?
No lo sé.
Ya, los calcetines. Mientras suena el teléfono. Ya sabe quién es, no quiere contestar. La grabadora comienza su función:
"Necesito un préstamo, por favor. Un gran préstamo de la zona femenina. Sé que lo he estado escondiendo muy bien, pero le suplico, haga mis lunes un poco más azules."
Después de escuchar la voz, que reptidas veces le pide que porfavor, le saque a esa bella de la planta de los pies, decide mejor sacar al conejo de su jaula. Salta y rebota por la pieza, mientras ella observa sus zapatos, precioso, escondidos detrás del televisor.
¡Cállense!

1.11.07

en el cemento

Estaba sentada bajo el toldo negro, de la noche oscura, entre gente que corría ebria por los pastizales inexistentes del lugar. El alcohol ya había fluido lo suficiente, por lo que, no gracias, ya estoy bien. En resumidas cuentas, estaba sólo sentada, con mi vestido de novia, mientras miraba a la gente hacer cosas de fiestas y celebración.
Estaba sola, pero por opción propia. Había ya tomado todo el vino que se permite para mantener la compostura vestida de blanco, además de ser absolutamente necesaria para esconder perfectamente el pantalon que tenía debajo del traje. Si, lo sé, es un tanto cursi, pero tenía que mantenerme firme dentro de todo, de alguna forma tenía que demostrar que estaba haciendo esto, casarme, por amor y no porque fuera realmente un deseo imperante. La cosa es que mi familia no podía notarlo. El pantalón, claro.
La cosa se puso muy rara cuando una amiga, la del pelo rosado, me vino a avisar que debería ya ir andando a la luna de miel, que o si no el alcohol se apoderaría de nuestros sentidos en cualquier minuto , y perderíamos todos los aviones.
Entonces, bueno ya, vámonos de aqui, larguémonos lo antes posible, odio los matrimonios.
El lugar era bastante grande, no lo había notado en realidad, porque nunca me di el tiempo de explorarlo. Sólo directo al vino, si señor. De todas maneras, estar completamente alienada durante toda la fiesta no me fue muy útil al final, cuando tuve que recorrer todos los salones buscando.
Llegué entonces a una habitación que tenía mesas altas, de esas como de café del centro. Hartas, pero vacías. Sólo en una estaban 3 mujeres sentadas, ebrias y exahustas. Me acerqué al grupo, muy calmada (estas cosas ya no me sulfuran) y miré a la Ana y le dije: Mi amor, nos tenemos que ir a la luna de miel, vamos a perder el vuelo. Y ella, tan linda en su vestido de novia me dijo: Isi no puedo caminar, llévame tú.
Asi que la tome en brazos, pero no tanto. Dejé que se enrrollara en mi tronco, con sus piernas alrededor de mi cintura y sus brazos en mi cuello. Me la llevé y ahí ya no me acuerdo más, hasta el día siguiente.
Desperté y era todo amarillo, y sentía su calor a mi lado. Me giré para saludarla, buenos días...
En su lugar, un gato respiraba su aire, perfectamente calientito.
Le hice cariño. Ronroneó.

Dos hamburguesas por un orgasmo

Levanto la vista porque ya no puedo más. Frente a mi, sus ojos se posicionan directo hacia los míos y repiten, sagradamente: "lo sé".
Esa comprensión innata en sus ojos me provocan náuseas. Ganas de llorar, de gritarle en el oído que no basta, ¡no!, no basta que me grites y me denigres; no basta que me digas que no soy suficiente.
Pero, ¿no debía ella mostrarme la primavera?
Ah claro, así como todos, siempre y en cada caso individual: te conocía tan bien! En aquel momento, sabía perfectamente, creí, si, lo sé, mi maldita e incontrolable fe y esa asquerosa frase típica: "te puede sorprender".
Entonces, volviendo a lo nuestro, me mira. Yo, acorralada sin salida, pensando que cada puerta, cada camino a la larga me llevaba al punto de partida, lo miro de vuelta. En algún momento de verdad pienso que no soy tan foxy como cree mi hermana. Pero finalmente vuelvo a su mirada y el me comprende. Me hace entender que sí, que en el fondo sabe de qué estoy hablando, pero que no es el momento, que justo ahora, cuando estamos todos ebrios, en el lugar donde siempre llegamos cuando estamos así, no es cuándo para ponerse a reclamar po un clítoris hiperventilado.
Finalmente decido callar. Dejar que las voces hagan eco en mis costillas y que los doloroso intentos por caminar descalza en el cemento ajeno, si bien aparentemente infructíferos, logren generar la fibra necesaria para poder desestancarme.
¡Esto no es ficción señores! Esto es tal cual, estas son mis letras, ¡si!, directamente desde el refugio mentiroso del asesinato que llevo años escondiendo debajo de mis ropajes. Y no me importa que no entiendas, ¿qué? ¡No me importa que no entiendas! Que tu vida sea un infierno mi querido molar, que las canciones se te acumulen en las cavidades olorosas de tu aura y que finalmente, cuando esté todo dicho, mires la noche y digas: si, tal vez me quivoqué con rosarle el minibar, a lo mejor sólo debí besarle la pantorilla cuando estaba dormida.
Y a mi que me importa, si al final de todo, voy a tener unos ojos fijos, presentes en mi andar, que si bien no pueden darme aquello que realmente necesito, al menos pueden otorgarme la comprensión que en los abrazos del resto no soy capaz de encontrar.

c.e.p: Y bueno, creo que terminé de desahogar lo que me acongojaba, pero al final, cuando uno lee finalmente lo que acaba de escribir, suena todo tan patético como decir feliz cumpleaños. Así que mejor chao chao, que más vale retirarse justo antes del precipio, cuando el cadáver aún no ha sido descubierto y las ilusiones están puestas en otros paisajes.
La intención misma de escribir una especie de post scriptum era explicitar un poco lo anteriorimente relatado, pero no puedo. Asi que si no entendió, me la chupa, yo feliz. Y si entendió, bien por usted. Yo, me voy.