22.2.07

malditas enfermeras


En verdad las palabras no sirven para nada, me dijo y se fue. Así como el acento en las palabras cortas.
Partió dejándome un biper, para localizar, y mi brazo derecho listo para la epidural.
Entonces llegó ella y me puso la aguja pero se me rompió en la vena como un tallo. Inevitable el pedazo de algo colgando en mi brazo y el dolor, dale que dale, punzante y cortante entre mis piernas.
Luego, que más? Y yo, pero cómo? Y ella, no está vivo.
Entonces no, yo estoy segura que sí está vivo, para luego sentir la presión del sueño, la inmovilidad del brazo y el aborto que se escapa de mi vientre como una sandía muy roja y jugosa, dejando una marca ineludible en mis zapatos de cristal.
Mi hijo en un plato que se resbala hacia el suelo.

2 comentarios :

  1. Anónimo dijo...

    hOLA LOQUILLA!!
    tanto tiempo......mujer de concon que nunca bajó a puerto madero ni gritó lo suficientemente fuerte para que shakira te escuchara...probablemente estaba él muy embobado viendo los cachetes inflados y duros como un globo de las hembras del lugar.

    En verdad tus textos tienen una corriente de conciencia sorprendente...pero creo que logro encontrar el telón de fondo en cada uno de ellos...por lo menos.

    Lo primero que me pregunté con éste es...en que te inspiraste para escribirlo...

    EN FIN...cuidate mucho!! pondre esta pagina de los "mapas de la vida cotidiana" en mis favoritos para que no se me olvide!

  2. Anónimo dijo...

    la pesadez del sueño que trae la epidural no es tan mala de vez en cuando.. ese de vez en cuando cuando se trata de un estado de emergencia, ese de vez en cuando que se concibe más voluntario que IN..


    escribí la media cuestión.. pero mal redactada a morir


    p.s: la muñeca tiene alopecia