25.2.07


Desnuda frente a ti.


Y Jamaica
tu sabes lo que he echo
saludando
lo que tu quieres está en la sangre de los senadores
tengo un gran pajaro en la linea de pesca
con un poco de grito, un poco de grito
con un grito un poco enojado
el es mi puta favorita de todo el grupo
y yo sé sobre su única novia
y de como los rusos murieron en el hielo
tengo el sombrero de mi violación puesto
cariño, si tan solo pudiera ponerle accesorios
y nunca me importó mucho el dinero
pero ahora sé
que no está en las manos de Dios
pero no sé quién es el Padre

22.2.07

malditas enfermeras


En verdad las palabras no sirven para nada, me dijo y se fue. Así como el acento en las palabras cortas.
Partió dejándome un biper, para localizar, y mi brazo derecho listo para la epidural.
Entonces llegó ella y me puso la aguja pero se me rompió en la vena como un tallo. Inevitable el pedazo de algo colgando en mi brazo y el dolor, dale que dale, punzante y cortante entre mis piernas.
Luego, que más? Y yo, pero cómo? Y ella, no está vivo.
Entonces no, yo estoy segura que sí está vivo, para luego sentir la presión del sueño, la inmovilidad del brazo y el aborto que se escapa de mi vientre como una sandía muy roja y jugosa, dejando una marca ineludible en mis zapatos de cristal.
Mi hijo en un plato que se resbala hacia el suelo.

19.2.07

pmsing

Despés de cierto tiempo, las palabras se ahogan un poco en la saliva del teclado. Saliva o soya, como prefieran. Uno piensa entonces, que la inspiración es un tanto vaga por estos días, que a lo mejor es el invierno que congeló las ancianidades de mi cabeza, o que talvez el fallido Transantiago me dejò sin ideas a tal punto de tener que citarlo para demostrar poca originalidad.
Se vagan por estas ideas semi-confusas, un-tanto-cursis, escribo-mejor-ebria, cuando el típico rayo de sol ilumina la pantalla del vacío espacio donde ahora deletreo a Pablo, figurándome como en una película gringa, heroína que ve la luz reflejada en sus ojos y encuentra así la inspiración necesaria para ganarse un nobel con el libro del siglo.
Paradójico-satírico pienso, el rayo divino que complejamente se abre camino desde la aburrida pantalla hasta mis pupilas y produce un efecto tal de espejismos egipcios que, en un contorneo como de tango dentro de mi interior, la luz en su efecto irónico me llega y anuncia con gran solemnidad nada màs que mi menstruación de febrero.

14.2.07

Bilis Sexual

Hablemos un poco de lo que sucede día a hora a cada tiempo irresistible de esta asquerosa venida a menos de secuencias veraniegas. Nos levantamos al revés, para comer de lado y alcoholizarnos en una pata prestada por los vecinos.
Caminamos incoherentes todo el tiempo, tú y yo, y la sangre inmunda de momentos fantasmas en el sexo ajeno que las parejas nos refriegan como huevo que se revienta en el microondas, nos sostiene falsos tras las alegres danzas mundanas que hay que hacer para desenredarse de las sábanas.
Puedo escribir infinitamente y obligarte a respirar como no te acostumbras.

8.2.07

Tranquilo estaba mi perro

Tranquilo estaba mi perro
la casa cuidandomé
cuando lleguó la perrera
al perro llevaronmé
al quedar la casa sola
ladrones entraronsé
se llevaron a mi suegra
gran favor hicieronmé.
Dónde está el perro guau guau
yo no soy perro guau guau
tranquilo el perro
perro perro guau guau.
Violeta Parra

6.2.07

la presencia desnuda

Entro y no hay nadie. O un eco de ripios.
Espero todavía para poder pasear bajo la lluvia sureña, pero la familia está enviciada y desapareció entre las luces de la esquina.
Estoy aquí, con mi futuro marido que me acompaña fielmente todas las noches de no baile y no alcohol (porque tenemos una relación saludable), hojeando los números y combinaciones que se encuentran en los fríos veraniegos de febrero en el sur.
Insospechadamente suena incómodo el timbre y nos miramos de azules a verdes, pero ninguno sabe.
Quiero pararme yo, pero los segundos indecisos se alargan y decide entrar con la fuerza de la llave, un ser de capucha negra y ojos amarillos. Se arrastra y flota al mismo tiempo y siento como si la música tétrica nos invadiera precisa con el vaivén de la puerta y el viento.
Quiero hablar, miro a mi compañero pero parece conmovido. Abro la boca, inhalo, la criatura se mueve hacia mí. Se agacha lentamente y me mira fijo, como de ampolleta. Mis vértebras hundidas en el sofá, un grito ahogado y la mano negra, desde el vacío de sus arapos, se levanta con una llave hasta la punta de mi nariz, para luego livianamente estacionarla en el vidrio de la mesa de centro.
Y como un espectro inevitable, una sombra en mi cabaña, la figura se arrastra y flota hasta la puerta, se escabulle por el camino de piedras y desaparece.
La llave la tengo en el bolsillo. No sé para qué es, ni qué abre, pero es mía. Y algun día, la sombra tendrá que volver por ella. O por mí o a traerme el mapa para encontrar su tesoro.

4.2.07

Cada uno se agarra con sus propias uñas.

Entro al baño y Rapunzel me dice, Blancanieves, sostenme los cigarros mientras hago pipi, por que esta de la Catalina Palacios no está en condiciones. Y yo digo, bueno, pero me los pongo en la cabeza.
Despues de 10 segundos, estabamos las princesas bailando un reggeaton frente al espejo del baño de la que nos tocó anoche.
La rubia nos miraba, sentada, con la cara de las personas que nacieron en el 88. Me excuso y le digo que se demoro mucho en mear, entonces tuve que hacerme amiga de la mitad del baño.
Blancanieves, no conociste a la mitad del baño porque te falto yo. Y tu quien eres? Sofia Ugarte.
Bien, Isidora Urzúa.
Después viene la música con él de nuevo, y mi polera con estrellitas como de msn parece que fuera parte de la costelacion que su polera verde formaba al conjugarse con mi pelo.
Y yo escuchaba todo, la respiración, la traspiración, el sonido invisible de su piercing en el labio.
Pienso que el cigarro me está haciendo mal porque respiro menos.
Mientras la Sofia Ugarte me agarra y me dice al oído, ven bailalo, ven gozalo, yo digo, chuta. Pero es que me gustan los piercings. Y las poleras verdes y las poleras a rayas. Pero no puedo dejar a la Sofia Ugarte sola. No está sola, le levantó el bailarin a la rubia del 88. Bien, entonces ahora... Si se ponen una cumbia, la hago. O filo, la hago igual.

1.2.07

mandarinas nocturnas


Hace calor. Pero no son esas las palabras que se piensan. Sólo se tiene un escalofrío incómodo, como de aeropuerto, que se esconde entre las sábanas de siempre y sorprende en medio del tercer sueño que obviamente, no vas a recordar nunca.
Comienza la sensación repentina y el dulce dormir se te escapa por el pasto del jardín; te despiertas y rápidamente te sientas en la cama para enfrentar a la figura en la ventana, la amenza, eso. Y luego de vuelta a la almohada.
Pero esto no es una pesadilla, estas bien despierta. Sientes el susurro incómodo en la nuca, se me descontrolan las piernas, se enredan en las sábanas. Cada 20 segundos abres los ojos, te giras a revisar que no hay más que yo en el lugar. De la nada una luz desde la ventana. fija . Es de esas que se activan con el movimiento.
Pudo haber sido un pajaro, consuelos.
Una bombilla se te revienta con los ojos cerrados en el lado derecho del cerebro. Comienza el sueño, la calma.

Estas repentinamente embarazada, jugando a tejer, comiendo sandía.